Ocurrente y divertida. No vive del drama, aunque le encante hacerlo en televisión. Mimí Lazo habla con propiedad. No le teme a nada, menos a la autocensura.
Nayib Canaán / Panorama
La actriz venezolana se ha vuelto una experta tratando los temas de pareja sobre las tablas. La experiencia, sumada a su versatilidad artística ha dado buenos resultados, por eso el éxito de los montajes en los que retrata la dura realidad de las separaciones, los “cachos” y la falta de amor propio.
A mi gordo no me lo quita nadie es la nueva pieza que protagoniza y que presentará en el Aula Magna de la Universidad Rafael Urdaneta el próximo domingo a las 6:30 de la tarde.
La obra es escrita por su esposo, el actor Luis Fernández, y dirigida por Elba Escobar, a quien considera su mejor amiga. Aquí nuevamente, Mimí se convierte en el espejo de las miles de mujeres que por mantener una relación son capaces hasta de cambiar su imagen.
Desde Caracas, y en plenas grabaciones de la telenovela Corazón Esmeralda, la actriz revela a PANORAMA los detalles de sus recientes proyectos.
—Nuevamente se le verá en el teatro debatiendo sobre temas de pareja, infidelidad y relaciones tormentosas. ¿Es lo que más vende?
—No sé si es lo que más vende, pero ahorita siento que es el mejor tema para hablarlo entre mujeres. A mi gordo no me lo quita nadie es una obra cómica en la que muchas se verán reflejadas, e incluso los mismos hombres, pues ellos salen del teatro muertos de la risa. Pienso que es un montaje para reflexionar, ya que todo lo que cuento es real, en la obra relato cinco cachos que me han montado. Solo pude meter cinco, porque todos no caben.
—¿Se siente identificada?
—(Risas). En parte. Yo lo que busco es ayudar a las mujeres, hacerles ver que primero deben quererse a sí mismas, que no deben operarse por nadie y tienen que aceptarse como son. Nosotras nos enamoramos de un gordo, de un flaco, de un narizón, de un hablador de pistoladas, pero a los hombres les cuesta aceptarnos. Ellos siempre van a exigir y nosotras vamos a caer, por eso nos transformamos, para complacerlos.
—¿Y hasta qué punto son validas tantas transformaciones por el amor de un hombre?
—Antes pensaba que era válido, ya no. Y es que uno debe quererse, disfrutar la vida y ser feliz. Hay muchos rollos en la calle, en el trabajo, en la peluquería como para andar cargando problemas por un hombre. Yo cometí un error, y fue operarme por amor. Lo hice cuando tenía 32 años y estaba con Jean Carlos Simancas. Ahorita cuando lo veo me acuerdo y me arrepiento. Imagínate, yo me sentía acomplejada, era la mujer del galán de América y él me decía que tenía unos buchitos debajo de los cachetes y que debía quitármelos.
—En su caso, ¿cuántos “gordos” ha quitado?
—He estado con dos hombres casados y también me arrepiento. Porque eso hace sentir muy mal, terminas haciendo sufrir a otra mujer, participando en el engaño del gordo y a la final sufres igual. En este momento sería amante de Luis Miguel, por él sí lo haría. De hecho, cuando él venga a cantar en Venezuela buscaré un disfraz de mucama para limpiarle la habitación. Ahora bien, aquí en Venezuela me hubiese gustado ser la amante de Daniel Sarcos.
—Según su percepción, ¿cuál es la mujer con la que sueñan los hombres?
—¡No sé! Por lo menos a Luis (Fernández) le gusta mi forma de ser y ya tenemos 20 años juntos.
—¿Es usted cuaima?
—¡No hombre! ¿Qué cuaima voy a ser? Yo solo me ocupo de mí. Hago yoga, llevo al niño al colegio, estoy pendiente de Sindy que parece de 14 años, y bueno, ella me quita la mitad del día. No tengo tiempo para ahogar a Luis.
—¿Es la clave entonces para retener a un hombre?
—Puede que sea. Tampoco me dejo fregar. Por ejemplo, la otra vez me estaba echando los perros un actor de la novela y me mandó una notica por Twitter. Con eso le demostré a Luis que ahora levanto más que antes, así que no creo que me peguen cachos como lo hicieron en el pasado.
—¿Esos cachos le dolieron?
—Muchísimo. Los cachos duelen bastante. A mí me dolieron los de Jean Carlos, pero los peores fueron los del papá de Sindy porque yo era una niña.
—¿Cómo hace Mimí, con esa personalidad tan fresca, para llevárselas bien con Luis Fernández, a quién hasta catalogan de odioso?
—Lo que pasa es que a mí me gustan los hombres odiosos. A Jean Carlos lo llamaban “Espina Simancas”. A Luis Miguel no se lo traga nadie, el único simpático es Daniel Sarcos.
—En su nueva obra la dirige su amiga Elba Escobar, ¿garantiza el éxito?
—A Elba la adoro y nos ha ido muy bien, tanto que... Bueno, eres el primero al que se lo digo. Ayer firmé contrato para hacer un programa de radio en Onda La Súper Estación con ella. Se llama ¿Qué tiene ella que no tenga yo? Comenzamos el 15 de septiembre, y ayudaremos a todas las mujeres. Ellas escriben y yo las aconsejo, así que las maracuchas que tengan rollos con los maridos me pueden llevar la cartica a la función del domingo (risas).