ENTREVISTA JESÚS "CHUO" TORREALBA, CONDUCTOR DE "EL RADAR DE LOS BARRIOS". "Los nuevos propietarios del canal tienen un concepto distinto de lo que debe ser el canal "
El Universal
Era un rumor a voces. Pero fue el miércoles que Jesús "Chuo" Torrealba se enteró de que sus dos programas televisivos, El radar de los barrios y Del dicho al hecho, quedarán fuera de la programación del canal de noticias Globovisión a partir de hoy.
"Tuve una conversación con el Presidente del canal, el doctor Juan Domingo Cordero, quien nos informó que a partir del próximo lunes entra en vigencia una nueva programación matutina, desde las 5:30 de la mañana hasta prácticamente la 1:00 de la tarde, y que en esa programación, en función de la línea editorial que va a tener el canal, no son congruentes mis dos programas: Del dicho al hecho y El radar de los barrios", dice Torrealba, quien agrega que él simplemente hizo un "acuse de recibo" de la información y se marchó.
Por qué razón "no son congruentes" sus espacios televisivos con la nueva programación del canal, Torrealba no lo sabe aún. "Yo no conozco las características de la línea editorial que se va a desarrollar. Ya la veremos en pantalla y evaluaremos", apunta él, a quien le extraña sin embargo la decisión por razones de rating .
"Del dicho al hecho tiene una fortaleza muy grande: comparado con nuestra competencia inmediata, es decir, con la programación que no es de entretenimiento, con la de los canales del Estado, el rating es inmensamente grande. El encendido de todos los canales del Estado es más o menos igual al 17% del encendido total del programa Del dicho al hecho. Y en comparación con todos los canales, incluyendo los de entretenimiento, muchos días de la semana Globovisión le ganaba a Venevisión en esa media hora. A veces ganaba Venevisión, a veces nosotros. Nosotros ubicamos esa franja, a las 5:30 de la mañana, que es esa hora en la que la gente todavía se está arreglando para salir a sus trabajos, y se fue transformando en una suerte de marcador de opinión. Y el primer sorprendido de que eso ocurriera fui yo. Pero las opiniones son baratas y los hechos son caros. Y esos son los hechos. ¡Ahí están los números", explica.
Otro asunto, admite Torrealba, ocurría con El radar de los barrios. "Desde el punto de vista de la audiencia no tenía números tan buenos, pero hay que recordar que estaba encapsulado en un horario bastante complejo, a las 9:00 de la mañana, y era el único programa del canal que no tenía promociones al aire. Pero El radar era una marca del compromiso social del medio con estos sectores que son mayoritarios", a quien, repite, le extrañó la cancelación de los dos espacios, pero no lo tomó por sorpresa.
"Esto puede ser agradable para unos o desagradable para otros, pero no es sorprendente. Yo creo que es evidente que los nuevos propietarios del canal tienen un concepto distinto de lo que debe ser el canal y están poniendo en práctica, de forma gradual pero sistemática, ese nuevo concepto. Están en su derecho de hacerlo. Y el público está también en su derecho de evaluarlo de manera crítica y de responder frente a esa pantalla de acuerdo con lo que les ofrezcan. El país tiene el derecho de procesar los cambios, evaluarlos, y actuar en consecuencia. Esta industria tiene una gran fortaleza: que se sabe rápido si las cosas funcionan, porque ahí están los números de audiencia. Pero no soy yo quien va a decir si eso funciona o no. Será el público quien lo diga".
-Hay quien opina que Globovisión era la ora cara de la moneda de Venezolana de Televisión. ¿Qué dice usted?
-No creo. Creo que Venezolana de Televisión no es un modelo periodístico bueno, malo o regular, creo que es parte de una maquinaria de propaganda, que es algo muy diferente.
-Pero habrá quien argumente entonces que Globovisión era un modelo de propaganda de la oposición...
-Yo no lo creo. En Globovisión había una propuesta periodística variada, que tenía diferentes matices y acentos, y el espectador podía escoger con cuál matiz podía sentirse más identificado. Diferente es el caso de Venezolana de Televisión.